El productor belga Barocci se estrena bajo el sello Dark Distorted Signals, y lo hace con el contundente Party Lab. En la línea transgresora del sello, este Party Lab viene con un disco atemporal y revisionista, que mira al pasado para proyectar al futuro una música singular, a base de acid y percusión atronadora.
Desde su primer track, Barocci es capaz de alternar cada género con maestría y salir del laberinto sabiendo que, tanto si ha sido hacia delante o hacia atrás, el viaje ha merecido la pena. Party Lab es también un homenaje a muchos de los géneros con los que Barocci juega sus cartas, mientras consolida un sonido lleno de influencias hasta dar con un conjunto que es una progresión de acordes que son como bombas de serotonina, testimonio también de una época y sociedad compleja, que busca la redención a toda costa.
El resultado de este trabajo es toda una oda al eclecticismo, que se sostiene en un terreno extraño y oscuro, pero es ahí donde este singular productor consigue su objetivo final: sonar nuevo sin serlo, sonar antiguo sin parecerlo. Pocos productores ponen como Barocci en tela de juicio las reglas del género, construyendo un conjunto atemporal, al que acudiremos con el tiempo intentando descifrar ese mágico y complejo mecanismo que consigue trascender todas todas las expectativas de la música de baile.